miércoles, 14 de enero de 2015


 

                  la ratita presumida 

Érase una vez, una ratita que era muy presumida. Un día la ratita estaba barriendo su casita, cuando de repente en el suelo ve algo que brilla... una moneda de oro.
                          La ratita la recogió del suelo y se puso a pensar qué se compraría con la moneda.
“Ya sé me compraré caramelos... uy no que me dolerán los dientes. Pues me comprare pasteles... uy no que me dolerá la barriguita. Ya lo sé me compraré un lacito de color rojo para mi rabito.”
 La ratita se guardó su moneda en el bolsillo y se fue al mercado. Una vez en el mercado le pidió al tendero un trozo de su mejor cinta roja. La compró y volvió a su casita.
 Al día siguiente cuando la ratita presumida se levantó se puso su lacito en la colita y salió al balcón de su casa. En eso que aparece un gallo y le dice:
“Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”.
 Y la ratita le respondió: “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”
 Y el gallo le dice: “quiquiriquí”. “Ay no, contigo no me casaré que no me gusta el ruido que haces”.

 Se fue el gallo y apareció un perro. “Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo: “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”. “Guau, guau”. “Ay no, contigo no me casaré que ese ruido me asusta”.

Se fue el perro y apareció un cerdo. “Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo: “No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido haces?”. “Oink, oink”. “Ay no, contigo no me casaré que ese ruido es muy ordinario”.

El cerdo desaparece por donde vino y llega un gato blanco, y le dice a la ratita: “Ratita, ratita tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo: “No sé, no sé, ¿y tú qué ruido haces por las noches?”. Y el gatito con voz suave y dulce le dice: “Miau, miau”. “Ay sí contigo me casaré que tu voz es muy dulce.”
 Y así se casaron la ratita presumida y el gato blanco de dulce voz. Los dos juntos fueron felices y comieron perdices y colorín colorado este cuento se ha acabado.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Los 10 mandamientos

Definición:- Los Diez mandamientos, también conocidos como el Decálogo, son un conjunto de principios éticos y de adoración, que juegan un papel importante en el Judaísmo y el Cristianismo. Incluyen instrucciones como adorar sólo a Dios y guardar el día de reposo; como también prohibiciones en contra de la idolatría, asesinato, robo, deshonestidad y adulterio. Diferentes grupos religiosos siguen diferentes tradiciones en cuanto a la manera de interpretarlos y enumerarlos.
Los Diez mandamientos aparecen dos veces en la Biblia hebrea, en los libros de Éxodo y Deuteronomio. De acuerdo a la historia narrada en el libro de Éxodo, Dios escribió estos mandatos en dos tablas de piedra, las cuales dio a Moisés en el Monte Sinaí. Según el relato, cuando bajaba del monte, vio al pueblo que estaba adorando un becerro de oro y enfurecido las rompió. Posteriormente, pidió a Dios que perdonase al pueblo y sellase con él un «convenio» (pacto o alianza). Entonces, el Señor ordenó a Moisés que tomara dos lajas de piedra, y en ellas quedaron escritos los Diez Mandamientos del pacto, reconviniéndole que «no deben tolerar la desobediencia».
  


Mandamientos: 
 No cometerás adulterios                             
1    No tendrás dioses ajenos delante de mi                                                                                    No adoraras imágenes
           No tomaras el nombre de Dios en vano
4      Acuérdate del día de reposo para santificarlo
5      Honra a tu padre y a tu madre
       No mataras
7      No robaras
9      No mentira                                                                                                                               No codiciaras nada de tu prójimo
                                       



No cometerás adulterios

Dios se propuso que la relación sexual entre un esposo y una esposa sea un vínculo exclusivo e íntimo para fortalecer la relación matrimonial.
El relato de la creación muestra el maravilloso propósito de Dios para hombres y mujeres y para el vínculo matrimonial. “Y dijo el Eterno Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.…
“Entonces el Eterno Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que el Eterno Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
“Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamad Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:18, 21-24).
Por lo tanto la prohibición del sexo extramarital—adulterio—fue diseñada para proteger la santidad del matrimonio y mostrar la importancia de la fidelidad.